viernes, 27 de marzo de 2009

Agua, ¿Derecho a la vida o recurso económico?

Actualmente, la gestión del agua ha dejado se ser un tema secundario para convertirse en parte central de muchas de las políticas a nivel mundial vigentes, donde tanto políticos a nivel mundial como empresas públicas, mixtas o privadas se han afanado para ofrecer a la humanidad una mayor eficiencia y seguridad en el ciclo integral del agua, garantizando un uso racional del agua y una distribución equitativa y eficaz para todos. ¿Para todos?
Como bien sabemos el agua a nivel mundial se distribuye de una forma desigual donde hay países que posen más agua que otros, como consecuencia de la naturaleza en sí, y de que países capitalistas han sobreexplotado y violentado el tratamiento del agua porque la han utilizado y siguen utilizándola como un producto o mercancía que compran y venden sin darse cuenta de que están jugando con el derecho que tiene toda la humanidad de acceder al agua, ¿De quién es el agua, a quién pertenece?
Los países en desarrollo utilizan el agua como instrumento de seguridad económica y poder, ya que cada vez la disponibilidad del agua está menos asegurada debido a que constantemente está sufriendo altos niveles de contaminación y despilfarro en su consumo como causa de la intervención humana. El agua es fuente de vida, es un recurso natural, sin ella no podemos desarrollar ningún tipo de actividad, es un bien vital que pertenece tanto a la esfera terrestre como a la esfera de la vida personal, económica y globalizada que presenta el sistema actual el cual vivimos, por lo tanto ¿Es un recurso económico?
Sí, se ha convertido en un recurso económico porque el hombre ha separado el agua de su madre naturaleza apoderándose de ella y convirtiéndola en patrimonio nacional y en recurso económico, donde corporaciones privadas, grupos de interés ultraliberales y personas capitalistas defensoras de la guerra, nuevas tecnologías… han negado y siguen negando la reconducción del agua, a la mayoría de seres humanos que viven en países de extrema pobreza (+ de 2600 millones de personas) que siguen sin tener acceso al agua, donde algunos sólo conocen el agua a través del barro y la humedad, debido a que no tienen los medios económicos suficientes para poder acceder a ella como lo hacen los países ricos, sólo porque estos tienen los medios económicos para poder abastecerse de este recurso tan relevante para la vida. Hasta un jeque árabe en medio de un desierto encontraría agua, ya que dispondría de los medios económicos para poder acceder al agua y satisfacerse de ella sin ningún tipo de coacción como se está dando en estos países.
Por lo tanto el agua al tratarse de un recurso fundamental para la vida, el bienestar económico, la prosperidad y la vertebración del territorio, debe ser controlada y tratada por el hombre, el cual tiene que intervenir en el ciclo natural para captar y canalizar el agua desde la naturaleza hasta los puntos de consumo, adecuándola a las exigencias de calidad según su destino, ya sea urbano, industrial o agrícola para que todos podamos beneficiarnos de ella de una forma equitativa y eficaz. Por lo tanto, es necesario capital humano para desalinizar el agua, es decir eliminar la sal del agua de mar para obtener agua dulce para el abastecimiento humano y el regadío ya que el 97,5 % del agua que existe en nuestro planeta es salada y sólo una cantidad inferior al 1% es apta para el consumo humano.
Por consiguiente, el agua no puede quedar en manos de la sociedad civil comunitaria lo cual implicaría una pérdida del poder del sector público puesto que no está demostrado que la sociedad civil por sí sola ejerza mejor el control social que el sector público ya que esta, también puede caer en manos de grupos de interés que hagan lo mismo que se esta dando actualmente. Asimismo, una solución para que este recurso natural y escaso no desaparezca hay que limitar su consumo ya sea vía regulación o vía coste, debido a que somos muchas las personas que estamos en el mundo y que aún llevando todos el mismo consumo de agua, el agua tiende a desaparecer. Por lo tanto el agua tiene que llevar un precio, no implicando un mercado del agua sino un control porque sino todos malgastaríamos y nos apoderaríamos del agua, importándonos muy poco que mueran 5000 niños menores de 6 años al día a causa de enfermedades por la ausencia de agua.
Por lo tanto no todos podemos acceder a lo ideal porque partimos de un recurso escaso, como he comentado anteriormente, donde países con economías desarrolladas como España, Italia y EE.UU consumen una gran parte de agua dulce para alcanzar el objetivo que conlleva un sistema capitalista como es el crecimiento económico, (fabricación de coches, incremento de fertilizantes, abonos… para aumentar la productividad agrícola y así hacernos más competitivos…), crecer sin límites en un mundo limitado, negando a los países en vías de desarrollo el acceso al agua y el derecho a la vida en sí, y a la forma de vida que nosotros llevamos.
Finalmente, puede que la naturaleza algún día también nos niegue a nosotros y a las futuras generaciones el acceso al agua, y a la vida, ya que sin ella no podemos vivir por eso, hay que racionalizarla y concienciarnos de que tenemos que cambiar nuestra forma de vida para que tanto presentes como futuras generaciones puedan disfrutar como mínimo de una parte de lo que nosotros hemos consumido y despilfarrado de forma sobrehumana.

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