viernes, 8 de mayo de 2009

¿Empresario se nace o se hace?

Existe un refrán que dice; "ser empresario se nace y no se hace", y aunque todos los refranes sean ciertos, a este le vamos a sacar más partido. A lo largo de la historia han salido empresarios muy importantes unos nacieron con la iniciativa propia de serlos y no pudieron y otros aunque no nacieron con esa iniciativa se han esforzado y lo han logrado como es el caso de Amancio Ortega. Para llegar a ser algo en la vida hay que creer en uno mismo y en sus posibilidades y sobre todo hacer las cosas por voluntad propia no por obligación. En el mundo, no hay manuales que expliquen la fórmula exacta para llegar a ser el mejor empresario o empresaria del mundo, puesto que la realidad supera a la teoría, por eso como dijo el empresario Don José Orts, “si no se viven las cosas por muchas teorías que haya...”

Cada persona es de una naturaleza distinta, y no porque un empresario haya obtenido éxito quiere decirse que otro empresario si utilizara y adoptara las mismas técnicas, actitudes y aptitudes vaya a obtener el mismo resultado.
Por ello para llegar a ser un buen empresario es necesario disponer de una lista de virtudes y principios que algunos son innatos a la persona y otros se van adquiriendo con el paso de los años y la experiencia y son los siguientes:

-Tener una visión clara del mundo, es decir que piense y estudie la situación a la hora de decidir por cualquier cuestión o negociación, que observe las circunstancias y que no se lance a la “piscina” con lo primero que se le ocurra.

- Enfrentar diferentes aspectos fundamentales para el logro de sus metas como:

-La planificación estratégica, es decir que el empresario establezca un aspecto de credibilidad tanto a la parte interesada externa como son (proveedores, acreedores, clientes, sociedad, gobierno) y a la parte interesada interna (Empleados, gerentes, propietarios), los denominados "stakeholders, exigirles y motivarles día a día para que se halle un buen clima de trabajo entre la empresa y las personas o entidades que se ven afectadas por la actividad que desarrolla la empresa. En pocas palabras que sepa mantener el equilibrio entre el manejo del liderazgo y un buen ambiente laboral.

-Transmitir a cada miembro de su empresa una mentalidad optimista, positiva y de continuo esfuerzo, que no sólo los premie con salario sino humanamente es decir, que los ilusione, que los motive (ya sea con viajes, más días de vacaciones, con algún regalo, premio…), que en definitiva los miembros de la empresa se sientan integrados y que su meta sea llegar a alcanzar el mismo fin que todos los que componen la sociedad.
-Saber hacer una buena política de recursos humanos, ya que el capital humano lo es todo en una empresa, ya que por más que se implanten nuevas tecnologías en una empresa aún así se necesita de recurso humano.
-No desvanecer con los primeros intentos, un buen empresario va a tener que responder tanto de sus éxitos como de sus fracasos y ha de ser constante tanto en épocas de bonanza como de crisis, ya que esta última la situación es mucho más tensa y difícil de manejar y es donde realmente se manifestará el verdadero empresario.
-Ser perseverante hasta lograr cada objetivo propuesto.
-Mucho esfuerzo y óptimo desempeño
-Constancia y disciplina.
-Que sea una persona abierta a la sociedad,
-No mezclar la familia con el negocio, ya que esta puede destrozarse y eso origine problemas en el negocio.
-Que sepa ceder en una negociación
-La formación académica y profesional no siempre, es imprescindible.

La gran mayoría de la sociedad, tiene varias definiciones sobre lo que realmente es un empresario, unos piensan que el empresario es una persona calculadora, sin escrúpulos, y cuyo único objetivo es obtener un beneficio económico por encima de todo. La verdad es que todas las empresas quieren obtener una mínima rentabilidad, y quizás una de las causas que haya originado la crisis en la que estamos, es que las empresas no han trabajado exclusivamente para crecer sino para devorarse unas a las otras, ya no solo por arrebatarse cuota de mercado o ser más competitivas que sus competidores, sino sacar y obtener el mayor beneficio económico a costa de lo que fuera.
De esta forma, tanto empresarios, como economistas, políticos… se han ahogado en un mar lleno de codicia donde lo más importante era ser el más rico y crecer sin límites, y ello ha desembocado en la crisis actual. Por lo tanto, y una solución a la crisis podría ser que los políticos escucharan a los empresarios, ya que los políticos no racionalizan los recursos como lo hacen los empresarios, estos últimos siempre están en contacto con el mercado y hayan más fácilmente oportunidades, amenazas, fortalezas y debilidades, que pueden llegar a ser revoluciones industriales como es el caso de la “nanotecnología”. Por ello, los políticos tienen que dejarse de tanta metodología y escuchar a las personas que tienen otra visión de la realidad, como son los desempleados, empresarios, estudiantes…

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